Tarde redonda y compacta de Andrés Romero hoy en Belmez. Cuatro orejas y un rabo como balance final que lo dice todo. Tarde de suficiencia que coronó con los máximos trofeos del segundo de su lote, que se movió con alegría y generosidad. Lo cuidó con un solo rejón de castigo a lomos de Cisne y hubo altas dosis de emoción con Fuente Rey, tanto en el toreo de costado, como cuando se metió entre el toro y las tablas casi sin espacio para ello. Dejó a continuación dos palos más con Fuente Rey como preámbulo de dos quiebros espectaculares con Farrugia. Excepcional el segundo de ellos, citando de parte a parte de la plaza y esperando al toro para, sin moverse un ápice Farrugia, clavar al quiebro en el último instante. Sensacional. Las tres cortas con Horus, muy ligadas, y la rosa y el rejón final con Chamán le pusieron la dos orejas y el rabo en sus manos.
Esperó al primero con Golondrina a portagayola marsellés en mano. Salió el toro a su aire y hubo de encelarlo para fijar pronto su embestida y empezar ya ahí a ganarle la acción. Muy desrazado el burel, a base de llegarle mucho, consiguió torearlo de costado con Obelisco y clavar después tres banderillas en las que todo hubo de hacerlo el torero. Muy notable fue la segunda que puso con Kabul dándole todas las ventajas hacia su querencia al toro. Tres cortas con Horus, una rosa y un rejón certero con Chamán desencadenaron la concesión de las dos orejas.