La tardanza del toro en caer y el hecho de que tuviera que emplear el descabello dejó a Andrés Romero sin premio en su tercera cita de la temporada mexicana. El onubense firmó una faena seria ante un toro de la ganadería de San Pablo. La inició con Botero de salida, con el que clavó un rejón de castigo antes de abrir un intenso tercio de banderillas toreando de costado con Da Vinci llevando hilado y muy templado al astado. Esa intensidad se tradujo también en conexión con el tendido al torear Andrés con Atlántico, uno de los caballos más determinantes de su cuadra mexicana, con un cite en tierra a tierra poderoso y espectacular y con el que llegó mucho a la cara del toro para clavar ajustado y arriba. Mantuvo Romero el nivel de intensidad y de comunión con la gente –tan necesaria aquí en México, donde el público se entrega todo cuando encuentra motivos para ello- al clavar las cortas con Malboro. Dejó el jinete onubense un rejón entero, a pesar del cual tardó el toro de San Pablo en caer, lo que le obligó a tomar el descabello y dejar un golpe de verduguillo, lo que dejó la valoración final en aplausos.