free templates joomla
20140908-donbenito
6 de septiembre de 2014
don benito
FERIA DE septiembre
CORRIDA DE REJONES 6 TOROS de
LUIS TERRÓN
Pablo Hermoso de Mendoza
Diego Ventura
ANDRÉS ROMERO
 
 
LAS COSAS, EN SU SITIO

Porque ni era normal ni era justo. Porque no se correspondía con lo que de verdad pasaba en la plaza. Porque, de alguna manera, estas cosas afectan a la moral de los toreros, que necesitan del triunfo y de la recompensa a tanto trabajo casi como respirar. Porque, esta vez sí, la foto, esa constatación que en estos momentos tanto ayuda, es un fiel reflejo de lo sucedido. Por todo esto, hoy sí, las cosas quedan puestas en su sitio. En el sitio donde las ponen los toreros con su verdad, con su entrega, con su ambición y con su toreo. Y con su persistencia. Y con su apretar los dientes para seguir adelante sin desmayo aunque a veces cueste más que otras. Siempre igual: siempre adelante. Convencido uno de aquello que está haciendo, de su trabajo, de su actitud y de su aptitud más allá de que el marcador indique otra cosa. Es la manera de llegar adonde se quiere. Y hoy, en Don Benito, como el año pasado en Huelva y en Huesca, Andrés Romero quería salir a hombros junto a Pablo y Diego, entre los dos colosos, en campo neutral. Y lo ha conseguido. Incluso por encima de su propia cruz: ésa que está en fase de derribo porque la luz, al final, se hará y se quedará. ¡No tiene más remedio!

 

Ha sido la del onubense en Don Benito una actuación grande. Grande por el temple y la caricia (aun siendo castigo) con que se dobló con Carbón para recibir y parar al primero bis de Luis Terrón, un sobrero que salió en lugar del lesionado que era titular, y que fue, con todo, un buen toro. Noble y colaborador, aunque siempre hubo que tirar de él. Pero sirvió. Y tuvo ese compás de lo murube bueno. Y Andrés lo acunó con el tacto de lo sensible para que se hiciera más bueno. ¡Enorme Carbón! Ni se acordó ni se notó la cornada de Bilbao... Más tacto, todo el tacto en las yemas que pulseaban las riendas, en ese galope de costado que, por dos veces, recorrió media plaza con Conquistador. Inmenso el momento de este caballo. Lo hizo así antes y después de clavar quebrando en ese preciso lugar en que permite la ley del espacio. La primera de esas banderillas así clavadas, de lo mejor de lo que va de año... Y lo jaleó el tendido. Sensible y muy metido toda la tarde el público de Don Benito. Luego fue el turno de ese punto exacto de cocción que Guajiro da a las faenas. Esa sima a la que llegan Andrés y su caballo a base de exponer todo lo posible y más. En el cite de frente, en el quiebro en la cara, en la pirueta en los mismos pitones. O ese quiebro a toro parado que es especialidad de la casa y al que el rejoneador de Escacena del Campo le da el calibre exacto para que salga milagro en vez de atropello. Cantú puso la guinda con las cortas y Chamán se alió con Romero y su necesidad de derribar su cruz para dejar un rejón entero al segundo intento que fue el mejor colofón posible a la obra. Unanimidad en el callejón, el terreno donde los profesionales cruzan sus miradas y sus comentarios: "Si no lo pincha a la primera, corta las dos orejas". Además de justas, habrían venido de perlas, porque, a esas alturas, los dos colosos, Pablo y Diego, ya estaban en sus cohetes particulares camino de las simas que les son propias.

 

No podía escaparse esta vez la puerta grande. Otra vez, no. Ésta era la encomienda y, para lograrla, sólo cabía una actitud: querer, querer y querer. Por eso Andrés Romero se fue a portagayola con Perseo. No quiso batalla el de Terrón, así que el jinete de Huelva le dio toreo. De ése que es lidia primero para ser luego baile. Y se dobló con el toro en el terreno exacto en el que los dos cabían. Con esa naturalidad innata que destila Perseo. Como apuntaba maneras de rajarse, no se dio más coba Andrés e hizo presente a Guajiro en el ruedo. Tres banderillas, tres quiebros, media docena de piruetas y el público metido de lleno en la faena. Lo cantaban sus palmas a compás del pasodoble. El mismo que pareció bailar Cantú antes del cuarteo templado también para darle al de Terrón esa medida exacta para que aceptara el toreo y no se rindiera. Tuvieron exposición las dos cortas con Bambú porque el toro cada vez se refugiaba más en las tablas. Y de nuevo el momento crucial. Otra vez los dedos cruzados. Un pinchazo, dos... El lamento en todos menos en el torero, que no estaba dispuesto a que el triunfo, su triunfo, se le fuera de las manos, donde ya lo tenía. Y se volcó entonces en el tercer intento para dejar un rejonazo fulminante que debe marcar el camino. Y el público pidió la oreja por encima de esos pinchazos previos porque entendió que era lo justo. Que tenía que ser así para que la historia de la tarde tuviera el fin que merecía: los dos colosos en su galaxia y Andrés Romero cruzando con ellos la puerta grande. Al fin y al cabo, las cosas puestas en su sitio.

Ficha del Festejo
Plaza de Toros de DON BENITO (Badajoz). Más de tres cuartos de entrada. Se lidian toros de LUIS TERRÓN.
 
Pablo Hermoso de Mendoza: dos orejas y ovación
Diego Ventura: dos orejas y dos orejas y rabo
ANDRÉS ROMERO: oreja y oreja
 
 
Don_Benito10.JPG Don_Benito11.JPG Don_Benito12.JPG Don_Benito13.JPG Don_Benito14.JPG Don_Benito15.JPG Don_Benito16.JPG Don_Benito17.JPG Don_Benito18.JPG Don_Benito19.JPG Don_Benito20.JPG Don_Benito21.JPG Don_Benito22.JPG Don_Benito23.JPG Don_Benito24.JPG Don_Benito25.JPG Don_Benito26.JPG Don_Benito27.JPG Don_Benito28.JPG Don_Benito29.JPG Don_Benito30.JPG Don_Benito31.JPG Don_Benito32.JPG Don_Benito33.JPG Don_Benito34.JPG Don_Benito35.JPG Don_Benito36.JPG Don_Benito37.JPG Don_Benito38.JPG Don_Benito39.JPG Don_Benito40.JPG Don_Benito41.JPG Don_Benito42.JPG Don_Benito43.JPG Don_Benito44.JPG Don_Benito45.JPG
 
 
 
 
 
Fotos GONZÁLEZ ARJONA

 
logoNuevoTercio
contacto
comunicacion@andresromero.es
© Andrés Romero - Aviso Legal - Política de privacidad
Este sitio utiliza cookies propias y de terceros para optimizar tu navegación, adaptarse a tus preferencias y realizar labores analíticas. Aceptar Más información