Segundo compromiso de Andrés Romero en Portugal y segundo paso firme para afianzar su recién iniciado camino en este país. El jinete onubense protagonizó lo más importante de la noche en la corrida de rejones celebrada en Santana da Serra, donde se midió a un toro de Fernando dos Santos reservón en su condición porque se paró y esperó demasiado. No fue óbice ello para que el onubense compusiera una faena de oficio y fondo técnico con la que consiguió conectar y mucho con el tendido.
La inició con Babieca en el primer tercio, donde ya quedó probado la escasa colaboración que iba a encontrar en su oponente. Buen nivel del caballo, inédito hasta ahora en la temporada. El diapasón de la actuación del jinete escacenero subió decididamente al comienzo del tercio de banderillas montando a Kabul. Clavó tres banderillas bajo la máxima de la firmeza y el ajuste a base de exponer y llegarle mucho al toro porque era la única manera de provocar su reacción. Tuvo emoción el embate y caló en el público, que se metió ya de lleno en la faena de Romero. Una conexión que alcanzó su momento álgido gracias al carrusel de cortas que Andrés protagonizó con Bambú. Hubo ligazón y precisión, lo que le puso el colofón adecuado a su labor, premiada con la vuelta al ruedo más celebrada por el tendido en toda la noche.