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20140302-atarfe
1 de marzo de 2014
atarfe
corrida del día de andalucía
6 NOVILLOS de
CASTILLEJO DE HUEBRA
Francisco Palha
ANDRÉS ROMERO
Lea Viçens
 
TRES OREJAS EN ATARFE: "COMO DECÍAMOS AYER..."

Era el día de probar cómo andan de afinados el pulso y el corazón del torero. De medir cómo vuelven los caballos a la cara de los toros. De calibrar de cuánto han servido tantas horas, tantos días, tantos momentos de trabajo durante todo el invierno como si todo empezara de cero. De algún modo, es el único camino que lleva de cierto a lo que se sueña: darlo todo a diario como si nada se tuviera aún.

 

Andrés Romero ha vuelto con hambre. La misma con la que lleva dos años devorando cada oportunidad. Y, sobre todo, ha vuelto mejor si el termómetro que empleamos para medirlo es el de la calidad y la clase. En forma de temple líquido, fluyendo en el primero. Como el caudal de un río que baja plácido. A compás. Así, de salida, sin esperar a más, se dobló con clase y lentitud en lo que cabe un aliento para parar al primero, un excelente novillo de Castillejo de Huebra. Sonaron ya ahí las primeras palmas del público presente en el Coliseo de Atarfe. La primera ovación. Lo bordó con Carbón para ponerle el tempo justo al galope de dulce del utrero. Y sin esperar a más, lío gordo en banderillas con ese astro llamado Guajiro. Temple en el cite (sin aspavientos ni brindis al sol), temple para buscar el embroque, temple para quebrar en el instante preciso y temple para salir de la suerte con una, dos, tres piruetas todas ellas a la misma distancia de los pitones. Sin ventajas de toro que se para. Con la verdad del novillo galopando con celo tras el caballo. Primero Guitarra para terminar de afinar un tercio de mucha redondez. Y luego Bambú para reventar la faena con las cortas. Lástima que el novillo, a esas alturas, no le aguantara, al menos, un minuto más. Se puso pesado el utrero para matar y pinchó Andrés al primer intento antes de dejar un rejón entero. Si no, así, sin esperar más, la puerta grande de Atarfe se hubiera abierto de par en par.

 

 El remate de la obra, de la primera gran obra del año (la Temporada de la Ilusión se llama, no lo olviden...), llegó en el quinto. Engañó el utrero con su salida. Pareció que sería otra cosa, pero no lo fue. Se fue parando al tiempo que le podía su falta de casta. Al menos, en esos primeros compases, los de salida, cuando sí siguió con celo el envite de Perseo, dejó ver de nuevo a un Andrés Romero con un temple que es la primera tarjeta de presentación de la nueva campaña. Ni una bruquedad para doblarse con el novillo, pararle los pies y meterlo en el caballo. Todo a compás otra vez y marsellés en mano. Toreo del bueno después de demostrar yéndose a portagayola que iba a por todas. Dos rejones ejecutados y clavados perfectos para cerrar un espléndido primer tercio. Fue lo poco que le ayudó el de Castillejo de Huebra (Andrés brindó su lidia a la memoria del ganadero, José Manuel Sánchez, y de Antonio Ignacio Vargas). En banderillas, todo llegó por parte de Romero. Primero con Cheke, para probar él mismo y a quien lo supiera ver que este caballo va a ser el que Andrés quiere que sea. Después con Cantú, otra carta ganadora, que galopó de frente hasta provocar la arrancada y clavar al cuarteo. A paso lento. Con Bambú clavando dos cortas intentó dejar al máximo posible los niveles del interés del público. Y dado que el novillo ya se había parado del todo, hizo debutar Andrés a Chamán para demostrar también que este caballo tiene ese plus de lo especial, en este caso, para llegarle mucho a los toros que no se dejan y matarlos. Cayó defectuoso el rejón, es verdad, pero el público pidió con intensidad las dos orejas y el palco las concedió sin mucha demora para certificar el idilio de Atarfe con Andrés Romero y dejar muy abiertas las puertas de la expectación para quien de verdad crea que 2014 va a ser la Temporada de la Ilusión.  

Ficha del Festejo
Plaza de toros de Atarfe (Granada). Un cuarto de plaza. Se lidian novillos de Castillejo de Huebra.
 
Francisco Palha: oreja y aplausos.
ANDRÉS ROMERO: oreja y dos orejas.
Lea Viçens: dos orejas y oreja.
La crónica de CULTORO 
 
 
  
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