free templates joomla
20160403-sevilla
3 de abril de 2016
sevilla
FERIA DE abril
CORRIDA DE REJONES 6 TOROS de
BENÍTEZ CUBERO
R.Fernandes - A.Cartagena
L.Hernández - R.Armendáriz
M.Manzanares - ANDRÉS ROMERO
 
 
Y APARECIERON DOS MONJITAS...

Era media mañana. Llegaban los apoderados, Óscar y Carlos –mil veces gracias por vuestro paso al frente- a Sevilla, a los alrededores de la Maestranza para asistir al sorteo de los toros de por la tarde. Buscaban donde aparcar mientras lloviznaba. Entonces, aparecieron ellas, dos monjitas, dos hermanas de Santa Ángela de la Cruz que caminaban por la ciudad camino de algún sitio y a partir cambió el sino de todo el día… Aquello era un gran augurio. Lo dijo Carlos Pereda más que convencido y a fe que todo lo que vino luego le dio la razón… Porque el 3 de abril de 2016 es otro día escrito ya con letras de oro en el libro personal y profesional de la vida de un torero hecho a sí mismo. Un torero a quien nadie le ha regalado nada. Un torero que tiene claro qué quiere y qué merece y que no está dispuesto a perderse en un solo lamento por el camino porque el camino está para andarlo y para llegarlo hasta el final.

 

Hoy lo ha vuelto a hacer. Andrés Romero lo ha vuelto a hacer. Como si de una hermosa costumbre se tratara, el jinete de Escacena del Campo –benditos sean sus niños, bendita sea esa bendita marea azul-, el torero de Huelva, ha abierto por tercera vez en tres tardes la Puerta Grande de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Y hoy era, si cabe, más difícil que nunca. Porque era un solo toro. Porque era más presión para quien se está jugando el futuro día a día. Porque hacerlo dos veces es casi un milagro, así que tres… Por muchas cosas, por todo, hoy era más difícil que nunca. Pero lo ha vuelto a hacer. Andrés Romero lo ha vuelto a hacer y ya lleva seis orejas en Sevilla en cinco toros y en tres tardes. Una preciosa terna de puertas grandes. Haciendo lo que tienen que hacer los toreros: triunfar, superarse y seguir triunfando.  

 

Sólo Andrés sabe lo larga que se le hizo la tarde hasta que salió ese sexto toro, Enfadado-37, de Benítez Cubero. Un berrendo en colorao que había gustado mucho a las cuadrillas, pero que al final no terminó de ser como se esperaba. Daba igual: hoy por encima de todo a Romero sólo le cabía un camino, ese camino por el que sigue avanzando apoyado en una fe a prueba de bombas. Esa fe de quien sabe que quiere, que puede y que debe. Tras brindarle su obra a la persona a la que le quedaba por hacerlo, su madre, emocionado y casi sin poder hablar, se fue a portagayola con Perseo y su marsellés al hombro en una bonita metáfora: al triunfo hay que ir a buscarlo. Hilado a la grupa de Perseo, se sacó Andrés al toro a los medios con tiempo ya de probar que lo tenía todo justo. Dos rejones y a por Guajiro. Andrés y Guajiro, ese binomio perfecto. Un caballo y un hombre que se entienden como pocos, que se sienten el uno al otro, que se tienen cuando se necesitan. Y con Guajiro disparó Romero el nivel de su faena en tres banderillas celebradas con pasión por el público, con oles hondos y sinceros. Tres encuentros diferentes cada uno, pero todos ellos con el denominador común de la sinceridad y de la verdad. La faena alcanzó ahí su cénit, ése que en adelante había que mantener porque era justo lo que Sevilla llevaba esperando toda la tarde, ya casi noche.

 

Con Odiel, el rejoneador onubense dejó dos banderillas más cuarteando con lentitud y en los medios después de adornar el cite con un tierra a tierra exacto. Misión cumplida en este otro tramo de la faena, que seguía sostenida en el punto más alto de la emotividad, de la emoción y de la conexión de un torero roto con unos tendidos entregados. Antes del carrusel de cortas con Bambú, el toro de Cubero se echó por dos veces y la plaza entera cruzó los dedos… Segundos de sufrimiento ante la sola posibilidad de que tanto desgarro terminara así. Pero dicho queda que en el día a día de Andrés Romero no hay tiempo para los lamentos. Y con el toro rendido, entregado y completamente encerrado en tablas, el jinete entró por donde no cabía para dejar un rejón entero que fue ya suficiente. La Maestranza se colmó de pañuelos blancos. Por el balconcillo del palco asomó el primero y la petición seguía igual de encendida, con los niños de Escacena, además, subiendo el clamor del aliento a su ídolo, del hombre, del torero que les ilusiona y que les alimenta los sueños y las alegrías. “Andrés, Andrés”, coreaban mientras aireaban sus pañuelos blancos. Y con ellos, la Maestranza entera. Por eso el palco, sensible de verdad, sacó ese segundo pañuelo que tantas cosas significa. La primera, que se cumplía la hermosa costumbre de Andrés Romero de irse a hombros de Sevilla. Un triunfo a la altura de la justicia con el torero y con el hombre. Ya van tres de tres y Andrés Romero lo ha vuelto a hacer. El día que más difícil era. Pero es que hoy tenía que ser: lo habían anunciado cuando apenas era media mañana y lloviznaba sobre Sevilla, esas dos monjitas, hermanas de Santa Ángela de la Cruz, que aparecieron como el mejor augurio posible. Benditas sean por siempre…

Ficha del Festejo
Plaza de Toros de SEVILLA. Media entrada. Se lidian toros de BENÍTEZ CUBERO.
 
Rui Fernandes: aplausos
Andy Cartagena: oreja con petición de la segunda
Leonardo Hernández: silencio
Roberto Armendáriz: palmas
Manuel Manzanares: palmas
ANDRÉS ROMERO: dos orejas
 
 
 
20160403-sevilla10.jpg 20160403-sevilla10b.jpg 20160403-sevilla10c.jpg 20160403-sevilla10d.jpg 20160403-sevilla11.jpg 20160403-sevilla12.jpg 20160403-sevilla13.jpg 20160403-sevilla14.jpg 20160403-sevilla15.jpg 20160403-sevilla16.jpg 20160403-sevilla17.jpg 20160403-sevilla18.jpg 20160403-sevilla19.jpg 20160403-sevilla20.jpg 20160403-sevilla21.jpg 20160403-sevilla22.jpg
 
logoNuevoTercio
contacto
comunicacion@andresromero.es
© Andrés Romero - Aviso Legal - Política de privacidad
Este sitio utiliza cookies propias y de terceros para optimizar tu navegación, adaptarse a tus preferencias y realizar labores analíticas. Aceptar Más información